25 de julio de 2016

Las hojas verdes

Las hojas verdes que observo son las mismas que han estado siempre, las reconozco más por la oscuridad en que me inundan que por la luz que logra insolentemente pasar a través; esas hojas que han sido mi compañía por tanto tiempo y que me protegen, sin hacer ruido ni pedir reembolso, pues no me cuidan por voluntad propia, sino a causa de su única naturaleza protectora, la propiedad inherente de la perpetuación que actúa sobre mi de manera indirecta, a través de las hojas, y me mantiene vivo bajo ellas, mejor dicho bajo su sombra. 


No extraño el sol, apenas recuerdo su sensación como una desagradable, de las que mi memoria no se preocupa por perpetuar y por lo tanto se desvanecen junto a las nimiedades de la vida diaria, que también salieron de mi rutina al tiempo que lo hacían los calientes rayos del sol. 

Sí, abandoné el sol y las actividades rutinarias de mi vida, académica y enfermiza, para incubarme en esta cámara amniótica formada por hojas de árbol selvático, viviendo solamente con los nutrientes que me son entregados y que yo consumo de manera lenta y constante, tanto así que durante todo el tiempo que mis ojos están abiertos me dedico a masticar esas raíces que crecen a mi alrededor sólo con el objetivo de permitírmelo a mi.

Recuerdo el rostro desencajado que tenía ella esa noche, unos ojos sorprendidos que observaban el techo de madera y una bombilla ahorradora, como aterrados por su falta de luz, mientras un hilillo de sangre, ya seca, se proyectaba de sus fosas nasales hasta las rémoras de lo que seguramente fue una acumulación de saliva convertida en espuma al escapar a través de una dentadura apretada que apenas soportaba la fuerza que imprimía la mandíbula. Víctima de un veneno, no se de cual, habían demasiados en nuestras manos todos los días, que yo usaba para limpiar el piso y encerar mi auto, pero que ella decidió beber para quitar el alma de su cuerpo. 

Sirviéndome de mi índice y mi meñique halé los párpados por encima de las pupilas, pero aún así aquella mirada sorprendida penetraba a través de la fina piel y no paraba de observar la bombilla, el techo de madera, y a mi, atravesaba también mis párpados, fuertemente cerrados, con su mirada aguda, y le preguntaba directamente a mi cerebro si era culpa de ella que el libro no se pudiera publicar.

-No, la culpa no es tuya, es del escritor.

-¿Tenías que escribir de mí? No soy materia para libros. 

-No de libros, pero sí de escritor, además muchos de los grandes se han inspirado de la misma forma.

-Los vampiros se publican, y la alacena está vacía hace mucho.

-En este hogar no sobrevivirían jamás esos desgraciados, estamos funcionando con aire, son mascotas que requieren mucho cuidado.

Después de esa conversación matutina que siempre intentaba ridiculizar un poco para no sentir su indiscutible verdad, nos sentábamos en la mesa para comer lo poco que quedaba en la casa, esa comida que antes tenía como destino la basura o que incluso fue necesario sacar de aquella caneca verde y maloliente, masticábamos en silencio disfrutando la sensación de náuseas que causaba la comida al entrar en nuestro sistema. Salía a intentar publicar mi libro o tal vez a encontrar trabajo como redactor en un diario de crónica roja, mientras ella se bebía el blanqueador o el detergente. 

Salí corriendo, escapando aquella mirada que no respetaba los tejidos humanos, para encontrarme con un sol gigante, un circulo resplandeciente que caía sobre mi piel sometiéndola a una lenta cocción, sin idea alguna de cuando y donde, sólo ese disco que me atraía hacía el con su tamaño legendario para convertirme en cenizas, hasta que llegué al bosque y me liberé de mi existencia.

Por eso no extraño el sol, porque para mi ya no existe sol alguno, mi mundo está compuesto por frondosos árboles que se siguen infinitamente hacía todos los puntos cardinales, pero dispuestos de tal manera que jamás se repiten, y mis muros están encima y debajo, encima las verdes hojas que me acompañan y protegen, y debajo las hojas secas que son testigo de que el tiempo alguna vez existió y que unos pies se afanan por tocar, mientras observo en cada rama el cuerpo suspendido por el cuello de un algo que al parecer un día, hace mucho, se llamó a si mismo hombre. 

Imagen extaída de http://statics.viralizalo.com/virs/2016/01/VIR_55963_5062_la_aventura_en_el_bosque_oscuro_cual_seria_tu_destino.jpg?cb=97905

3 de junio de 2016

Obsesión

En estas cantidades la adicción se vuelve costosa y la víctima recurre automáticamente al delito para pagar la droga. Que el delito incluya a menudo el ataque físico y el asesinato se debe a una propiedad particular de la droga. Provoca un agudo complejo de persecución en el adicto, que es presa de la ilusión de que la gente quiere matarlo y de que siempre lo están siguiendo con intenciones perjudiciales.
"Ian Fleming"


Adicción: Dependencia de sustancias o actividades nocivas para la salud o el equilibrio psíquico. 

Obsesión: Perturbación anímica producida por una idea fija. 


¿Cuales son los requisitos para que dos palabras sean sinónimas?, adicción y obsesión no lo parecen de manera intuitiva, la segunda se siente un poco más voluntaria, menos destructiva e inclusive algo ventajosa; la primera se usa tal vez con demasiada frecuencia cuando debería usarse la otra, en situaciones que no lo ameritan, pero, tal vez, ambas son producto del mismo efecto, en diferentes escalas. 

Si la adicción puede ser causada por "actividades nocivas", y pudiendo cualquier actividad ser nociva si se practica en exceso o de manera incorrecta, se entiende que se puede ser adicto a cualquier acción que ocupe el tiempo, y de la misma forma si nuestras actividades tienen un objeto sobre el cual actúan, se es de manera indirecta también adicto a este. En conclusión se puede ser adicto a cualquier objeto. Aunque es algo extraño decir, por ejemplo, que cuando se es adicto a viajar se es, por consecuencia, adicto a los vehículos; y hay casos aún más extraños en los que al parecer sería imposible esta relación. 

Cuando se es adicto a conversar, a bailar, a besar, cuando se es adicto a cualquier actividad para la cual se necesite de otra persona, ¿realmente esto es causado por la influencia de la actividad?, conversar, bailar o besar, ¿o es causado por la persona?, el conversador, el bailarín o el amante; es fácilmente detectable que una conversación, igual que un baile o un beso, no se disfrutan de la misma manera con una persona que con otra, por lo tanto cuando se empieza a sentir ansiedad, no se hace por un beso, un baile, o una conversación, se hace por el beso, el baile o la conversación con una persona en específico. Así que cuando se extraña ese baile, ese beso o esa conversación, y se llega a tal nivel de tener una angustia permanente por obtener aquello, se cae en la obsesión, en ocupar la mente, en cada momento que esta tiene un poco de libertad, en la misma cuestión, produciendo eventualmente solo dos posibles resultados:

La adicción, esta se logra cuando al final de largas horas de insomnio, en las cuales la mente se encuentra caprichosamente dedicada a la misma persona, y horas del día en las que se desea estar permanentemente con el otro, se da la casualidad, una de las menos probables y por lo tanto aún más hermosa, de que el causante del delirio en una persona sea delirante por aquella, y así ambos seres obsesos pueden empezar a compartirse. 


La nostalgía o desesperación, es causada cuando aquella persona obsesionada, viendo que no puede soportar aquella situación sin perder eventualmente el juicio, se decide a averiguar si el causante de su obsesión sufre de su misma patología, y al conocer que en aquel no se revelan los mismos sintomas, se siente vacío y sin razón, pues su mente, obstinada, aún recorre los mismos caminos contaminados por aquel amante imposible.

Y por todas las causas aquí descritas se puede decir que la adicción y la obsesión son solamente diferentes instancias del mismo fenómeno, el amor, causante de desequilibrios mentales en cualquiera de sus etapas, pero aún así imposible de escapar hasta para la mente más dura o el corazón más olvidado. 

Y cómo conclusión, hurto una obtenida por otra persona, que tal vez sea más bien uno de los detonantes de este texto en vez de una de sus esquirlas, y es "José Ortega y Gasset" diciendo que el enamoramiento es un desorden de la atención.


Imagen extraída de: http://www.infomelilla.com/fotos/wato oermark/fn-077820794900.jpg

29 de abril de 2016

¿Ha sido un sueño?

Y yo pensé que tal vez la poesía sirve para esto, para que en una noche lluviosa y helada alguien vea escrito en unas líneas su confusión inenarrable y su dolor. "Alejandra Pizarnik"



Me despierto y siento el frío del mundo real calando en mis huesos, había olvidado esta sensación, me dejé caer en la somnolencia de tus brazos. Los movimientos se sienten más reales, la relajación y la contracción de cada músculo, el peso de mis prendas y el hambre que debo calmar constantemente, siento todo, la rutina que antes realizaba con increíble desenvoltura ahora es un trabajo agotador, y tu imagen en mi mente me engaña para pensar que alguna vez nos quisimos. 

Ahora siento las cosas con una vida que me desespera, todo está tan presente, tan perfecto y me es tan poco familiar, al caminar por las calles de esta ciudad me siento incómodo, entre la gente, tan ajeno a esta existencia, sigo pensando que tengo que aprender de nuevo a vivir en la soledad, a estar así día tras día, sin tener una razón por la cual levantarme y mostrar una sonrisa falsa al mundo, solo yo, mi propio fin y medios. 

 Recuerdo el odio que solía cultivar con tanta paciencia, que me envolvía y mantenía alejado del mundo, ¿Donde dejé ese odio?, y, ¿porqué lo abandoné cuando era la única causa de mantenerme en pie?, ser más fuerte que mis hermanos enemigos. Al intentar exprimir las últimas gotas de amor recuerdo los besos y abrazos que llegamos a darnos, cuando sonreía al ver mi rostro y no se movía para evitarlo, es extraño como esas cosas lograron hacerme más humano, pues pensé que nunca iba a presenciar el mundo desde esa perspectiva, pero aún a veces se ilumina un poco, cuando sonríe. 

Y el amor irá desapareciendo lentamente sólo si ambos están dispuestos a olvidar, y si ésta es tu decisión yo también intentaré hacerlo, pero lentamente y con pocas ganas, pues estaba agotado y recostarme a soñar contigo me quitó el dolor acumulado por tanto tiempo, quiero volver a soñar y seguir haciéndolo hasta que el tiempo ya no me lo permita o hasta que tú estés lista para despertar.

Cita extraída de: http://alejandrapizarnik.blogspot.com.co/
Imagen extraída de: http://c.tadst.com/gfx/600x400/blurred-clock.jpg?1

6 de febrero de 2016

Pesadilla

El cansancio era imposible de soportar, con los párpados cerrados y palmeando el entorno logró llegar hasta su lecho de plumas donde cayó inmediatamente en un sueño intranquilo y pesado. 




Soñé con el fin del mundo, soñé que estaba en un campo verde, como un estadio en medio de muchos edificios, el complejo parecía un colegio. En cierto momento me doy cuenta que corro con un temor inexplicable, pues no veo causa alguna a mi alrededor, y me parezco un falto de cordura pues observo a muchas personas arrodilladas dando la espalda al sol y tocando con su frente el suelo, es de mañana y aunque su comportamiento es extraño me digo que ha de ser el adecuado pues pocas veces se ve tanto convenio y paciencia en un grupo. Entonces observo el cielo para intentar detectar aquello a lo que la gente da la espalda, aceptando el destino con reverencia pero jamás con valentía, tal vez para no verlo y entrar en pánico como lo estaba yo hace unos minutos. Sobre nuestras cabezas empiezan a caer objetos perfectamente esféricos, como lluvia, pero estas esferas tienen todas mas o menos dos metros de diámetro, caen de todas la direcciones y en un parpadeo ya están clavadas en el suelo, abriendo un cráter y quedándose allí indiferentes. Mientras observo paralizado aquel espectáculo fuera de lo común no escucho ni un sólo crujir de huesos que se rompen, un grito de dolor o un suspiro de alivio, solo escucho el golpe seco de la lluvia y el temblor del suelo al recibir cada impacto. Cuando la tormenta se calma salgo corriendo hacia los edificios para tratar de aclarar mi mente, esquivando esferas gigantes en mi camino que casi rodean a los seres que parecen meditando, todos siguen absortos su rito sobrenatural, no reconozco a ninguno de aquellos rostros, el grupo es de la mas impresionante variedad, tal vez cuidando que no se les pase de largo alguna característica peculiar: indios, asiáticos, nórdicos, negros, blancos, mestizos, enanos y gigantes, feos y bonitos, agradables y asquerosos; todos arrodillados adorando a alguien o algo, angelical o demoníaco.

Cuando llego al primer edificio resulta ser que son unos baños y observo atónito detrás de la puerta a un niño de unos cinco años sentado en un retrete, con la mirada fija, no mirándome a mi pero a través mio, en sus rodillas el rostro de un hombre de más o menos cuarenta años descansa y llora amargamente alguna pena que apesadumbra su corazón, la escena no evoluciona sino que siento observar lo mismo por espacio de horas.

Me alejo de aquel lugar extraño, buscando el mundo al que mis ojos me tienen acostumbrado, camino por las calles, donde el tiempo parece ir más lento, los bullicios y escándalos de la ciudad han sido reemplazados por bóvedas mortuorias con fachada de casas en las cuales los seres se apilan a las ventanas para dejar que el alma se les escape por las pupilas.

Eventualmente llego a un pequeño afluente, en ambos bordes están cuidadosamente acomodados, casi equidistantes, recipientes cristalinos repletos de una llama dorada que escapa ligeramente por la abertura superior, me siento atraído hacia el fuego y cuidadosamente pongo una mano dentro, el calor se apodera de mi cuerpo y siento una fuerza sobrenatural hasta que mi mano queda convertida en cenizas y mi brazo derecho amputado a la altura del codo, continúo con la siguiente vasija terminando ese brazo y llegando al torso, y así consecutivamente con cada extremidad hasta que pierdo cualquier capacidad de locomoción, me encuentro tirado boca arriba, esperando, viviendo en alguno de esos planos intermedios que no podemos imaginar, una brisa me levanta delicadamente y me acuesta sobre las aguas, todas las cicatrices de las quemaduras se abren y la sangre brota rápidamente mientras la carne que está en contacto con el líquido se desvanece, y lentamente me voy hundiendo hasta que de nuevo desaparezco de aquella existencia, despierto y me dispongo a vivir un nuevo día.

Imagen extraída de: http://barometropolitico.com/wp-content/uploads/2015/04/cenizas2.jpg










8 de enero de 2016

Disciplina

Se terminan las fiestas, sin enterarnos siquiera si celebramos algo, pero antes es necesario tener una lista de propositos bien fijada, cosas relevantes: bajar la grasa acumulada en el abdomen, ser una mejor persona, empezar a pasear el perro y acabar con la pobreza.


¿Al hacer el balance del año no recuerda ni que carajos tenía propuesto?, ¡No está solo!, al menos está conmigo, sí, este año tiene que ver mejor con quien se está juntado. Entonces a inicios del 2015 también hicimos una lista, lista que yo no recuerdo, pero que seguro incluía algunas de mis cosas favoritas, algún número irreal de libros que leer, escribir regularmente y ganarme la vida jugando videojuegos mientras hordas de niñas con ojos rasgados corean mi nombre; una lista común y corriente.

Pero el año pasado no creo haber logrado ninguna de estas cosas,y me doy cuenta de que no tomo en serio ese pensamiento de esperar a que la tierra le de una vuelta al sol para decir: ¡borrón y cuenta nueva!. Sin embargo este año sí espero tomarmelo en serio(siempre decimos lo mismo), no, de verdad, pero desde una perspectiva ligeramente distinta que ojalá me funcione.

Nos preocupamos constantemente del resultado, el proyecto ya es un fracaso porque el objetivo aún está escondido tras el horizonte, lo que me gustaría proponer es que no nos forcemos con metas estúpidas, pensar en la que creemos es nuestra actividad favorita y preguntar: ¿Qué estaba haciendo para no dedicar todo el tiempo posible en esta?, porque personalmente creo que ese es el problema, paso mucho tiempo pensando en como llegar al final, haciendo cálculos, preocupado pues parece imposible, pensando en alguna forma de hacer trampa y acelerar el proceso.

Así que este año voy a intentar darme cuenta de que son todas esas cosas que he estado haciendo para no escribir algo productivo y entregar algún contenido decente en este blog, para que el respetado lector no pierda su tiempo en esta página sino que lo aproveche y al final todo haya valido la pena. 

Feliz año.


Imagen extraída de: http://www.sbs.com.au/comedy/article/2015/12/30/how-celebrate-new-years-eve-sad-and-alone



16 de noviembre de 2015

Memoria

La mente encuentra con dificultad algún recuerdo memorable, llena de miedos aleja al individuo de sus dominios, pero a veces me encuentro contigo, das vueltas sin rumbo fijo, conociendo cosas que hasta para mi están escondidas, y te alejas indiferente, y yo, encadenado, lucho por acercarme a tu majestuosidad.


Recuerdo aquella sensación que me causó el estar contigo por un minuto, haberla sentido nuevamente en cada pequeño salto que el minutero osaba dar, y me inquieta que a veces la misma  emoción me embriague nuevamente hoy, cuando había logrado no con poco esfuerzo limpiar tus restos de mi memoria.

Voces e imágenes en todas partes, sonidos, blasfemias, inquietudes, penas, desgracias, todas tienen un lugar en los recuerdos, sin embargo qué difícil me es recordar muchas cosas que los demás me cuentan, qué difícil me será olvidar algún día los rechazos y las indiferencias que inundan la vida del hombre, suelo preguntarme cuantas veces tendré que mentir para evitar el repudio o lograr crear un nuevo falso conocido, y saber sin embargo que nunca llegaré al objetivo final de la mente, el completo reposo, la indiferencia total, la paz.  Porque estarás allí, olvidándote de las razones que te llevan a ocupar este lugar, viviendo en miles a la vez y sin vislumbrar cual te pueda corresponder.

Olvido es lo único con lo que sueño esta noche, quiero que el olvido llene mi memoria, que no recuerde siquiera un nombre, para que me traten como imbécil y experimenten con mi percepción, convertirme en títere y terminar el pequeño trabajo que algún dios amenazante impuso en mi existencia, que puedan dejar de sacrificarse por mi y se den un crucero por el pacífico, que hermoso.

Y si me alejo de este camino y empiezo uno nuevo, uno en el que defraudo a todo el mundo, en el que no exista el amor ni la compasión, en el que solo existas tú, delicada desgracia, abrázame y enseñame lo que es vivir, quita maldiciones de los criminales desgraciados y ponlas sobre este tu siervo, lléname de tu aura pestilente y confíame las historias que con tanto esmero custodias, tócame con ese tu viejo y sangriento dedo, y bendice mi carne para que con su simple hedor contamine el área circundante, o enséñame a vivir lleno de amor, amor, que hermoso.
Imagen extraída de: http://muerevacio.es/wp-content/uploads/2015/07/reloj-de-arena.jpg

2 de octubre de 2015

Cerrar las ideas

 Tenemos que cerrar las ideas, por favor, ¡hay que comportarse!


Cuando me atrevo a escribir un texto suelo dejar párrafos aislados, compuestos por una oración, en el peor de los casos por tres, ¿Pero qué razón hay detrás de estas expresiones aisladas, al parecer totalmente fuera de contexto?

La principal razón es que mis escritos no buscan ser argumentativos, mucho menos imperativos o ensayos concienzudos de temas en concreto, al final de mis trabajos no hay una lista de fuentes en las cuales basé mi investigación y mucho menos agradecimientos a las personas que los leyeron antes de ser publicados. Las letras que mágicamente abandonan mi conciencia y caen en la suya tienen la altísima probabilidad de no hacerlo sabio, lo único especial que tienen estas palabras es la propiedad de tener un significado en sí mismas, de poder ser separadas las unas de las otras y aún así conservar un sentido, poder ser comprendidas e imaginadas de manera independiente, esa es la mayor cualidad del lenguaje, su increíble potencia nos parece insignificante y caminamos de su mano sin percatarnos de su presencia, abrumados. 

Así que después de tanta divagación puedo decir que estas frases solitarias se hacen con el único objetivo de experimentar. Y eso es lo que más me entretiene cuando empiezo a escribir, aunque la lucha constante de muchos grandes escritores sea el lograr la objetividad en sus libros, describiéndolos de la mejor manera posible,  para que la comunicación se haga sin ruidos ni interferencias; mi diversión, tal vez la del escritor mediocre, es hacer que esos breves párrafos contengan pensamientos propios del lector, que sus neuronas hagan las sinapsis necesarias para generar una sensación, porque el que lee, perezoso,  a veces se siente muy cómodo absorbiendo palabras del escrito y esa no es mi intención; no, aún no. 

Primero hay que realizar un proceso de asepsia, con todos los instrumentos que vamos a usar: matraces, tubos de ensayos, morteros, alegorías, metáforas, cañones de electrones, onomatopeyas, prismas, mecheros y pinzas, ironías e hipérboles. Segundo, cuando tenemos nuestro laboratorio ordenado y limpio, empezamos a montar el experimento, tomamos las frases y las ponemos en la centrifugadora,  extraemos su plasma delicadamente y lo refrigeramos, si el resultado no lo satisface repita el procedimiento, no sea incompetente. Tercero, sí aún no está satisfecho intente con otro instrumento, existen millones, alguno tendrá que funcionar. Cuarto, sí logró su objetivo y las transformaciones que realizó dieron como resultado una frase equilibrada y bella según su concepto, proceda a estudiar cuidadosamente la semántica de la misma, si se encuentra aislado de la realidad por algún tiempo considerable (eso lo decide usted), felicitaciones, escríbala y anote las incidencias. 

Experimentar sin objetivo alguno, por conocer las posibilidades, explorar nuevos territorios. Esas frases que se sueltan en el aire simulando indiferencia para hacerlas perder su poder, para intrigar al escucha, para dominar sus pensamientos por unos breves segundos, para generar curiosidad o para observar un gesto de extrañeza.  

Y la pesadilla de oír aquellas palabras es que siempre son honestas. Escribir a todo el mundo y por cualquier razón, causar locura y anotar las incidencias. 

Imagen extraída de: http://www.tugboatgroup.com/sites/default/files/Times-newRoman-A.jpg

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